miércoles, 30 de marzo de 2011

Se destapa el frasco y...

...el mundo se llena de un precioso aroma que hace pensar en algo más allá de lo humano.


¡Hola! ¡Bienvenido!

Mi nombre es Francisco, aunque los amigos me llaman Frank. Quisiera compartir con todos vosotros una de mis grandes pasiones. Los perfumes.

A lo largo de mi joven vida siempre he sentido una poderosa atracción por el mundo de las fragancias y los aromas. El mundo está plagado de olores buenos y malos, mejores y peores, agradables y odiosos, pero todos fantásticos. Y, el ser humano, ha sido capaz de atraparlos, moldearlos, construirlos, reproducirlos, imaginarlos, crear un acorde armonioso con ellos y encerrarlos en un pequeño frasco de cristal para ser liberados con un pequeño gesto en la piel. La creación cobra vida.

En los tiempos que corren hablar de perfumes no sólo puede ser considerado frívolo y banal, sino que desde otro punto de vista puede resultar la sublimación de lo que el ser humano es capaz de aportar al mundo desde la belleza, el trabajo y el saber hacer de unos profesionales que aportan un rayo de esperanza a este mismo mundo tan deprimido y oscuro.

Un perfume es poesía. Frugal, memorable, eterna. Pero poesía. Arte.

Y con esa intención surge este blog. Aportar un rayito de poesía al mundo. Pero desde un concepto claro: el perfume masculino.

¿Por qué?

Porque siempre que pensamos en perfumes nos viene una imagen a la mente: una señora haciendo unos gestos coquetos con un frasco de esencia valiosa. Hablar de buen aroma para el género masculino es hablar, aun hoy, de una agua de colonia discreta y fresca que no suscite ningún tipo de pregunta en quien la lleva.

Pero la realidad comercial nos habla de algo más que una simple agua de colonia refrescante. Nos habla de fragancias altamente elaboradas y exquisitas, preciosos y costosos bálsamos que suscitan la admiración del resto de varones y el deseo lascivo en las mujeres, aromas ambiguos que escapan a toda etiqueta, armas de seducción, trabajo y bienestar, un mundo "nicho" al margen de las grandes campañas publicitarias e inmensos distribuidores o centros comerciales.

¿Por qué un hombre no va a oler a rosas, violetas, vainilla o nardos? ¿Por qué un hombre no puede atreverse a ser preguntado por el nombre de su perfume? ¿Por qué un joven usa cualquier aroma que le regala su madre su novia o su mujer? ¿Por qué nunca nos preguntamos qué notas aromáticas o qué nariz se esconde tras esa creación que nos llama la atención? ¿...?

El perfume masculino, ese gran desconocido.

Con estos interrogantes, comenzamos. ¿Os apuntáis conmigo al viaje?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Claro que si! y desde luego esto ya no es lo que era! mi marido es el primero que ama los perfumes, además, intensos, el incienso...tantas notas y fondos que es maravilloso todas la variedades que puedes encontrar! te felicito y te animo que sigas con tus gustos y aficiones! no se cual es tu corta edad, que decías antes pero igual deberias plantearte estudiar en paris o londres y hacerte perfumista!
saludos!!!