domingo, 15 de mayo de 2011

Fido Dido, mi aroma de la infancia


¿Os acordáis de él?


Era Fido Dido, un neoyorquino joven, descarado y marchoso que conquistó medio mundo con su imagen desenfadada y jovial para la marca Pepsi. Fue creado en una servilleta de papel en una cafetería por Joanna Ferrone y Sue Rose. Era mi "héroe" de pequeño. De mayor quería ser como él. Sus chistes eran modernos y siempre mostraba una actitud ante los problemas de la vida pasota y genial. Sin embargo, se comprometía al cien por cien con las causas justas. Era perfecto. El prototipo de la Generación X en su etapa de desfase maduro en los noventa.

El frasco era de puro plástico, pero su diseño me encantaba.
En cada caja venía una historieta graciosa. Así comencé con el inglés.

Y como todo ser perfecto, poseía su propio aroma. Un Eau de Toilette que yo consumía sin moderación alguna. Creo recordar que costaba alrededor de 1600 pesetas y que su olor era bueno, pero bueno de verdad. Olía a caramelo, flores y madera, o eso supongo. Era fresco y chispeante. Pero duraba muy poco, por lo que podía rociarme todo el día sin parar y gastar el frasco en un plis plas. Mis padres se enfadaban, pero al día siguiente me compraban otro frasco porque "al niño le gustan mucho las colonias y para un capricho que tiene". Se lo dejaban en custodia a mi hermana que se encargaba de administrarlo, hasta que se hartaba y me lo daba por completo. Y vuelta a empezar. Lo estuve usando durante años hasta que un buen día... desapareció de las estanterías, por lo que me pasé a los aromas adultos. No tuve contemplación. Sin Fido Dido, un adulto en toda regla. Una lástima, me gustaría recordar su aroma y llevarme una gran decepción por lo idealizado que lo tengo. ¿O no?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Genial!, como me identifico con tu historia!, yo en cambio lo viví en los noventa siendo un teen, a mi novia le encantaba!, yo solia hacer mucho cycling y de verdad olía bién, incluso despues de horas de sudor y ejercicios físicos intensos, me ecantaría poder disfrutarlo de nuevo, y compartirselo a mi niño, para mi fué la fragancia de una década y en ese aroma tantos sueños!, gracias a Dios por esos momentos, y a ti por tan excelente artículo, gracias!