domingo, 8 de mayo de 2011

Una semana con Ormonde-Jayne - Champaca y Orris Noir


Teminamos nuestra semana perfumada por los aromas Ormonde Jayne con dos de las fragancias que más me han llamado la atención, Champaca y Orris Noir.

* Champaca. Un floral afrutado con dejes verdes y maderados. Totalmente unisex. Una flor tropical que despega con toques cítricos y ligeramente dulces para llegar a mostrar toda la plenitud de esta flor considerada afrodisiaca; la flor de la pasión. ¿Pero es un sólo ramo de champaca? ¿Que es eso verde y aromático que la envulve? ¿Arroz basmati? Pues si. Y de una calidad gourmet absoluta. Imaginaros estar tomando un plato de este arroz en un cuenco precioso de bambú adornado con flores de champaca y vuestro pelo está cabello está adornado de champaca. Es más, hay matas de champaca por los alrededores.  De momento un camarero que viene de quemar esencias a Khrisna os trae una buena taza de té verde Darjeeling aun humeante. Pues esa es la sensación que produce. No es especiado y huele a especias. No es oriental y te transporta a la India. No es frutal ni gourmand y dan ganas de pegarle un bocado. No es amaderado pero se soporta sobre la madera. No es... Si es Champaca de Linda Pilkington. Esta señora tiene que tener un olfato sobrenatural para crear composiciones como esta. Y sin embargo es tan familiar el aroma...


Notas de cabeza: Nerolí, pimienta rosa y bambú.
Notas de corazón: Absolutos de champaca y fresia, notas de arroz basmati.
Notas de fondo: Mirra, notas de té verde y almizcle.



* Orris Noir. He aquí la joya de la corona. Al menos para mi. Orris se puede traducir por Iris. Pero también es una madera podrida por la acción de una bacteria. Sí es un iris, pero olvidaros de todo lo que conocéis sobre el iris. Este iris es... negro. Pero no negro por su color oscuro y aterciopelado sino porque donde crece se hacen las tinieblas. ¿Cómo un olor puede provocar esa sensación de oscuridad tan intensa? No lo sé, pero este lo consigue. Es un floral oriental totalmente diferente a lo que hayas olido nunca. Ólvidate de los toques empolvados del iris o su manteca verdosa y herbácea. Nada de eso. Ólvidate de un perfume tan femenino y jabonoso que recuerda al siglo XIX. Olvida Iris Noir para Yves Rocher, por muy negro que sea ese iris huele a iris. Olvida... y vive. Eso es lo que nos dice esta fragancia. Vive que la oscuridad te rodea. Mira hacia la luz y síguela.

Campaña publicitaria de la fragancia. Creo que se capta el mensaje perfectamente.

Este es otro de esos perfumes que cobran vida propia. Es el que más he probado de todos y cada vez es completamente diferente a la anterior. Destaco una pequeña evolución que siempre se desarrolla. Nace como si destaparais un bote de mantequilla. Pero cuidado, esta manteca no es comestible sino casi carnívora. ¿Manteca de iris? Ligeramente especiada. Y nace la flor tan esbelta y vigorosa que te permite abrazarla. No es agresiva sino al contrario, se está tan a gusto a su lado que nos hace olvidar que el sol sigue brillando en lo alto. Sí noto uno de los acordes más bonitos que he probado de incienso, mirra y pachulí. Magnífico. Y hay sangre y toques metálicos. No es para cualquiera. Sin duda es para gente que sobresale en elegancia y dominio de si, con las ideas muy claras y de un gran carácter. Este es un perfume para ser domesticado. Si no se tiene la personalidad suficiente puede llegar a... devorarte. Completamente unisex. Bueno, creo que va más allá de cualquier calificación de género.

Iris negros. Poseen un aroma muy preciado, sensual y diferente al resto de iris.

Notas de cabeza: Davana, pimienta rosa, semillas de cilantro, bergamota.
Notas de corazón: Iris, absoluto de sambac, granos de pimienta de Jamaica, laurel.
Notas de fondo: Incienso, mirra, pachulí, cedro chino y madera de gaiac.



Conclusión

No he quedado para nada defraudado con estas fragancias. No sé cual acabaría comprando. Todas me gustan salvo un par: Tolu e Isfarkand. Se nota que está la misma nariz detrás, que tiene un gusto refinado y sublimado por la experiencia y el trabajo bien hecho, pero siguen un mismo esquema. Son perfumes que no destacan por su gran novedad pero si por su buen hacer. La calidad es muy alta. Siguen siendo desconcertantes respecto a su longevidad y proyección pues dependen de cada persona, de su actividad física, de sus emociones y sentimientos, de su estado de ánimo. Además, los colores de las esencias son puros, cristalinos, limpios. No hay colorantes artificiales. Es el color de las esencias y son preciosos. Puestas todas las muestras juntas al contraluz de la ventana dan la sensación de ser una vidriera modernista. Ni una sola de estas creaciones se puede decir que no sea bella, perfecta, redonda. Sin duda Ormonde Jayne y Linda Pilkington son ya nombres clásico en la alta perfumeria. Eso sí, no os conforméis con la primera opinión o impresión que recibáis, probad probad y probad.

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