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viernes, 13 de enero de 2012

Estilográfica y... Tsar de Van Cleef and Arpels


El pasado lunes pasaba por una papelería para autorregalarme una estilográfica. Sí, lo reconozco, me gusta escribir con pluma por puro placer y para cosas que, emocionalmente, son importantes. Y allí, en su vitrina de cristal blindado con un sistema de seguridad desconocido y potente estaba esto:

Pedro I el Grande de Montblanc

Pero los cerca de 5000€ que cuesta, se me escapa del presupuesto. La culpa la tiene el plumín, la punta que escribe, de oro macizo 24 quilates y los adornos de plata pura de no sé cuántas micras. Pertenece a la casa Montblanc, que también posee su propia línea de fragancias, a una serie limitada de poco más de 4800 unidades firmadas y selladas, con su seguro incluido, denominada mecenas.

Y me hizo pensar en el amaderado aromático de Van Cleef & Arpels llamado Tsar. Una fragancia verde, helecho, un chipre a la vieja usanza creado por Philippe Bousseton en 1989. Un clásico absoluto de la perfumería masculina que, a pesar de su profunda intensidad, sigue siendo un bestseller mundial en toda regla. Incluso tras las constantes reformulaciones que lo han tornado más "asequible" al monedero y al olfato.

La culpa la posee el majestuoso equilibrio de la complejidad de sus notas: un explosivo inicio de bergamota, neroli, notas verdes, lavanda, cilantro, artemisia; para dar paso a un corazón de rosa, lirio de los valles, alcaravea, jazmín, raíz de iris, estragón, bayas de enebro, clavel; sobre un fondo rico y persistente de cedro, coco, almizcle, pachuli, ámbar, haba tonka, sándalo y gran cantidad de musgo de roble y cuero.


Una fragancia para un auténtico zar. Pues no es para cualquiera.

Al final me quedé con esta Faber-Castell, maravillosa y asequible, perteneciente a la colección Ambition. ¿A que es bonita?

jueves, 20 de octubre de 2011

Por fin lo tengo... Bel Ami de Hermès


Por fin poseo una fragancia que me enamoró de pequeño y que jamás había vuelto a oler. La había buscado por calles, perfumerías,... pero nada. La había olido a un señor muy pijo y me enamoró ese aroma clasista, clásico, ligeramente animalizado y rancio, pero muy moderno y distintivo a un tiempo. Hasta que hace unos días vuelvo a percibirlo por la calle en otro señor muy pijo paseando por la calle. De momento me dio vergüenza acercarme pero perder la oportunidad, pues no estaba dispuesto. Me acerco, le pregunto. El señor pone cara de extrañeza y le explico que me ha gustado mucho su colonia. Me dice que no sabe cómo se llama, pero que es muy oscura, el frasco es alargado y cuadrado, y lleva un caballo pintado en la caja. Sin duda se trata de Hermès, una de mis marcas fetiche. Como todo está en Internet, navego un poco y la encuentro: Bel Ami.


El perfumista Jean-Louis Sieuzac la creó para la casa de complementos en 1986. Automáticamente fue considerada como una de las mejores fragancias de caballero de todos los tiempos. Y razón no falta. Es un aroma complejo pero muy asequible. Un amaderado chipre basado en el cuero. Intenta transmitir todo el porte y elegancia de la poesía homónima de Maupassant. Junto al cuero encontramos cítricos como la bergamota, la mandarina y el limón en las notas de salida unidos a la salvia. El corazón se plenifica de ardor gracias al clavel, pachulí, raiz de lirio, albahaca, jazmín y cedro. En el fondo y dando consistencia a todo notas de cuero, musgo de roble, coco, vainilla, vetiver y styrax.


Un perfume elegante, señorial, nada invasivo con una longevidad y proyección magníficas. Puedes embriagar toda una habitación con una sola vaporización durante todo un día completo. Sin duda uno de los grandes no apto para todos los públicos.

martes, 23 de agosto de 2011

Vuelta a lo retro


Hace ya unos meses que mi hermana decidió sacar de un cajón escondido en lo más profundo del armario todos y cada uno de los frascos de colonia que tenía almacenados desde hace siglos. Regalos y más regalos, como siempre muy socorridos cuando toca cumplir y no se sabe qué regalar para quedar bien, que han ido acumulándose para alguien que es fiel hasta el extremo a los olores y que no soporta la inmensa mayoría de lo que sale al mercado. Curiosamente es bastante más exquisita en cuanto a aromas que yo a pesar de no sentir afecto alguno hacia este arte. Cada vez que se ducha se impregna abundantemente con estos mejunjes. Algunos bastante famosos. Quién no se acuerda de la chica nueva en la oficina que se llamaba Farala y era divina. Quién no ha usado alguna vez Don Algodón o Alada de Myrurgia. Y, ¿os acordáis de Sensación de vivir? Pues sí, también guarda un frasquito de la Eau de Toilette que se comercializó bajo dicha marca.

Pues bien, después de estar diciéndole tiempo y tiempo que olía a "rancio" cada vez que salía de la ducha me ha mostrado todo lo que le queda, y no es poco. Revolviendo entre algunas joyas ya estropeadas, como el icono Joya de la también mallorquina Myrurgia, he dado con una masculina que también es un clásico entre los clásicos y que aun se comercializa. Agua Brava de la barcelonesa Puig.


Parece mentira pero, al destapar el frasco, me ha hecho recordar mi adolescencia. A cuando me inventaba cualquier escusa para visitar la droguería de la esquina y probar las colonias, las caras siempre estaban tras el mostrador y eran intocables. A un día que el dependiente, que me tenía más calado de lo que yo podía imaginar, me regaló cual tesoro único, pues en aquellos tiempos para un pueblo como el mío lo era, un par de frasquitos de plástico con el agua de colonia y el gel de esta fragancia. Me gustó mucho, aunque descubrí enseguida que no era para mi. La usaba los viernes cuando salía con mis amigos y todos me decían que olía a viejo. El otro día la volví a usar tras rescatarla del cajón, está bastante bien conservada, y me han vuelto a decir que huelo a viejo. Y a mi me sigue gustando, aunque creo que jamás será mi perfume.

¿Por qué huele a viejo? Porque es un chipre amaderado aromático. Todas las fragancias de esta familia nos suelen recordar a tiempos pasados. El musgo de roble en su base junto al vetiver, ligeramente sucio, nos recuerda a la humedad de un caserón antiguo. Y no hemos de olvidar que fue creada en 1968, por los perfumistas Marcel Carles y Rosendo Mateu, cuando los varones usaban aromas verdes, cítricos y bastante potentes. Todo lo contrario a la delicadeza floral de las féminas. Desde su puesta a la venta fue un éxito que sigue perdurando para los incondicionales hasta la fecha. Es más, son muchos los que la consideran como una de las grandes creaciones nicho clásicas. Pensemos que en España es un comercial, pero en Estados Unidos o Qatar es una auténtica marca nicho. Yo, sin duda, le guardo respeto a esta creación redonda.

Notas altas: Bergamota, Limón, Salvia, Enebro y Lavanda.
Notas medias: Clavo de olor, Clavel, Tomillo, Laurel y Pino.
Notas de fondo: Musgo de roble, Vetiver, Madera de sándalo, Cuero, Pachulí y Almizcle.


PD. Perdonad que publique tan poco, pero entre el calor y que Blogguer no me deja escribir salvo en ratos contados (será por el calor o por la conexión a Internet), me está costando mucho acercarme a vosotros. ¡Qué ganas llegue setiembre!