sábado, 6 de agosto de 2011

Reviviendo los clásicos... Boucheron pour Homme


Creo que nunca es tarde para volver a probar esas fragancias que, hace años, tuvimos bajo las narices y nos desagradaron sobremanera. Por ejemplo probar una fragancia fresca, pero no tanto, que permite ser usada en cualquier época del año de día o de noche. Una fragancia formal y que en su tiempo fue una auténtica revelación, con tantos amantes como detractores. Boucheron pour homme ostenta el privilegio de ser el primer Eau de Parfum masculino a la venta (año 1991). Hasta entonces cualquier aroma viril que se preciara debía ser un agua de colonia ligera o, como mucho, una Eau de toilette para los más presumidos. Recuerdo que la campaña publicitaria fue magnífica. Elegante, sobria, discreta pero omnipresente. Prácticamente no había revista en la que no hubiera una página dedicada a su promoción. Lo más destacable, las dimensiones del frasco y esa figura femenina semi visible en aspecto placentero. ¿Aun daba miedo a mostrar un caballero en un anuncio o era un mensaje subliminal de atracción erótica hacia el sexo masculino? Lo importante es que la arriesgada apuesta de la casa de joyas francesa fue un éxito rotundo a pesar de todos los elogios y críticas negativas que recibió.


Pues bien, veinte años después, sigue siendo un auténtico éxito de ventas tanto en su versión Eau de Parfum como en la posterior Eau de Toilette. Aunque el mercado se ha visto reducido a sus incondicionales, que son muchos. ¿Por qué sigue siendo un éxito este aroma que ya desde su nacimiento olía a antiguo a rancio a una clase social completamente desfasada pero de un nivel sobrehumano? Sigue siendo inexplicable, pero funciona. Sin duda es una de las mejores fragancias masculinas de todos los tiempos. Y quizá aquí radica su éxito. Es atemporal. Olía a antiguo en el 1991, huele antiguo ahora y lo hará mañana. ¿Pero a qué época en concreto? Ni siquiera sus creadores, Francis Deleamont y Béthouart Jean-Pierre, lo saben. Pero sí tenían algo en claro, debía oler a un hombre distinguido, con clase, maduro en sus decisiones y que su presencia fuera tan discreta como una bofetada; al principio sorprende y duele, pero obliga a fijarte en ese alguien que siempre pasa desapercibido. Y el frasco es el aliado perfecto. Un rectángulo de cristal que bien podría ser el de cualquier fragancia barata de un todo a cien (perdón a un euro) que soporta una joya azul engarzada en oro grande y pesada. Discreción y extraversión ¿me lo explican?


Por eso, en mi que era un neo adolescente, provocó un sentimiento de repugnancia tan alto que aun me acuerdo del arrugamiento de nariz que se me produjo. Pero con los años lo veo todo de otra manera. Sigue sin ser mi favorita, pero tiene un no sé qué atrayente y adictivo este aromático-cítrico. La fragancia se abre con una bofetada olfativa como pocas: naranja, lavanda, mandarina, albahaca, yerba luisa, limón y bergamota. Esta salida explosiva se mantiene en las notas medias con el refuerzo del clavel y la raíz de lirio, pero se suaviza debido a la rosa, el jazmín, el ylang-ylang y el lirio de los valles. En las notas finales que sostienen la fragancia esa fuerza se atempera, se domestica, gracias al ámbar, el almizcle, el haba tonka y el benjuí, pero sigue mostrando cierto lado salvaje, peligroso, en el vetiver, el incienso, la madera de sándalo y el musgo de roble.


Si tenéis la oportunidad de probar esta joya perfumística, no lo dudéis, hacedlo y comentad vuestra experiencia. Eso si, un consejo, aguantad la primera bofetada porque va a ser dura.

3 comentarios:

Dandy del Extrarradio dijo...

Qué interesante! No conocía nada sobre este tema. Tomaré en cuenta tu consejo.
Saludos

Whatstrend? dijo...

Jaja! Buena crítica! xx

Saludos desde:

What's trend*?-Personal Shopping

Anónimo dijo...

Un verdadero clasico masculino.
Saludos.
http://mrhalfvillages.blogspot.com/